El Sitio de Tlatelolco. La comida en tiempos de guerra / Conversatorio
16 agosto, 2023*** ¿Qué comieron los mexicas?
“Hemos comido palos de colorín (eritrina), hemos masticado grama salitrosa, piedras de adobe, lagartijas, ratones, tierra en polvo, gusanos…”:
“Visión de los vencidos”, Miguel León Portilla.
Tlatelolco aprovechaba su entorno para obtener recursos alimenticios. También, contaban con una gran actividad comercial y disponibilidad de insumos de toda Mesoamérica.
En tiempos de guerra la comida tenía que ser nutritiva, práctica, reconfortante y también un remedio para no caer en enfermedad.
¿Te has preguntado qué comieron los mexicas durante el sitio de Tlatelolco, cuando resistieron el asedio de los españoles y sus aliados indígenas en 1521? ¿Sabías que el pozole tiene su origen en esa época? ¿Quieres conocer las alternativas alimenticias que tuvieron los tlatelolcas ante la escasez de recursos?
Estas y otras preguntas fueron abordadas en el evento “El Sitio de Tlatelolco. La comida en tiempos de guerra / Conversatorio”, organizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la Zona Arqueológica Tlatelolco, en el marco del 502 aniversario de la caída de Tlatelolco.
El evento, que se realizó el viernes 12 de agosto en el Museo del Tecpan, contó con la participación del chef Jesús Roldán Moreno, quien presentó una experiencia gastronómica basada en los alimentos que consumieron los mexicas durante el sitio de Tlatelolco.
El chef explicó que los mexicas aprovechaban su entorno para obtener recursos alimenticios, como maíz, frijol, chile, calabaza, tomate, nopal, quelites, hongos, insectos, peces y aves. Sin embargo, ante la presión de los españoles, que cortaron el suministro de agua y comida, tuvieron que recurrir a otras opciones menos apetecibles.
Así, los tlatelolcas tuvieron que comer palos de colorín (eritrina), hemos masticado grama salitrosa, piedras de adobe, lagartijas, ratones, tierra en polvo, gusanos, según relata el historiador Miguel León Portilla en su libro “Visión de los vencidos”.
El chef también comentó que el pozole, uno de los platillos más representativos de la gastronomía mexicana, tiene su origen en el sitio de Tlatelolco.
El evento fue una oportunidad para conocer la historia y la cultura de los mexicas a través de su alimentación, así como para reflexionar sobre la resistencia y la dignidad que mostraron los tlatelolcas ante la adversidad.
LA CONQUISTA DE MÉXICO
Hace 502 años, el 13 de agosto de 1521, se consumó la conquista de México por parte de los españoles y sus aliados indígenas. Se trata de la caída de Tlatelolco, la ciudad hermana de Tenochtitlan y el último reducto de los mexicas que se enfrentaron a la invasión española.
La conquista de México fue un proceso que duró más de dos años, desde que Hernán Cortés desembarcó en las costas de Veracruz en 1519 hasta que tomó el control de la capital mexica en 1521.
Durante ese tiempo, Cortés y sus hombres se aliaron con algunos pueblos indígenas que estaban sometidos o enemistados con los mexicas, como los tlaxcaltecas, los totonacas y los texcocanos.
También contaron con la ayuda de una mujer indígena llamada Malintzin, conocida como Malinche o Doña Marina, que les sirvió de intérprete y consejera.
Cortés llegó a Tenochtitlan en noviembre de 1519 y fue recibido por Moctezuma II, el tlatoani o gobernante mexica, que lo alojó en su palacio.
Sin embargo, pronto se desató un conflicto entre los españoles y los mexicas, que culminó con la muerte de Moctezuma y el sitio de Tenochtitlan por parte de Cortés.
Los mexicas resistieron durante varios meses, pero fueron diezmados por el hambre, la sed, las enfermedades y los ataques de los españoles.
Muchos de ellos huyeron a Tlatelolco, una ciudad vecina que estaba conectada con Tenochtitlan por un puente. Allí se refugiaron bajo el mando de Cuauhtémoc, el nuevo tlatoani que había sucedido a Cuitláhuac, muerto por viruela.
LA CAÍDA DE TLATELOLCO
Tlatelolco era una ciudad próspera y comercial, que albergaba el mayor mercado de Mesoamérica. También era un centro religioso y cultural, donde se encontraba el Templo Mayor dedicado a Huitzilopochtli y Tláloc, las principales deidades mexicas.
Los españoles sabían que Tlatelolco era el último bastión mexica y decidieron atacarlo con toda su fuerza. Para ello utilizaron sus armas de fuego, sus caballos y sus bergantines, unas embarcaciones que habían construido para navegar por el lago Texcoco.
El asalto final se produjo el 13 de agosto de 1521. Los mexicas se defendieron con valentía y ferocidad, lanzando flechas, piedras y dardos contra los invasores. Pero no pudieron resistir el avance implacable de los españoles y sus aliados indígenas.
Cuauhtémoc fue capturado cuando intentaba escapar en una canoa. Cortés lo llevó ante él y le dijo: “Señor, ya habéis hecho lo que convenía a vuestro ánimo; mirad lo que podéis hacer por vos”.
Cuauhtémoc le respondió: “Señor, ya he hecho lo que convenía a mi honor y a la defensa de mi ciudad; mirad lo que queréis hacer conmigo”.
Cortés ordenó que no le hicieran daño y lo trató con respeto. Sin embargo, más tarde lo sometió a tortura para que revelara dónde estaba el tesoro mexica. Cuauhtémoc soportó el dolor sin decir nada y le reprochó a Cortés su crueldad.
La captura de Cuauhtémoc significó la rendición definitiva de los mexicas y el fin del imperio azteca. Los españoles procedieron a saquear y destruir Tlatelolco y Tenochtitlan. Sobre sus ruinas edificaron la nueva ciudad de México.
EL LEGADO DE TLATELOLCO
La caída de Tlatelolco fue un acontecimiento trágico y doloroso para los mexicas y para todos los pueblos indígenas que vivían en Mesoamérica. Representó la pérdida de su soberanía, su cultura y su identidad.
Pero también fue el inicio de una nueva etapa en la historia de México, en la que se fusionaron las tradiciones, las lenguas y las sangres de los españoles y los indígenas. De esa mezcla surgió el pueblo mestizo que es el México de hoy.
La figura de Cuauhtémoc se ha convertido en un símbolo de la resistencia indígena y del orgullo nacional. Su nombre significa “águila que desciende” y su imagen se ha plasmado en monumentos, murales, billetes y monedas.
La memoria de Tlatelolco también se ha mantenido viva a lo largo de los siglos. En el lugar donde se encontraba el mercado se construyó una plaza que ha sido escenario de importantes acontecimientos históricos y sociales, como la matanza estudiantil de 1968 y el terremoto de 1985.
Tlatelolco es, sin duda, un sitio emblemático para la historia y la identidad de México. Un sitio que nos recuerda el pasado glorioso y trágico de los mexicas, pero también el presente y el futuro de un pueblo que lucha por su libertad y su dignidad.
“No fue triunfo ni derrota, fue el doloroso nacimiento del pueblo mestizo que es el México de hoy”, así lo expresó el presidente Adolfo López Mateos, en 1964, cuando inauguró el monumento a Cuauhtémoc, el Conjunto Habitacional Nonoalco Tlatelolco.