El pasado lacustre de Tlatelolco
26 marzo, 2024*** Un viaje a través del tiempo y el agua
Durante las últimas intervenciones arqueológicas en un terreno del Eje 2 Norte, esquina con calle Lerdo de Tejada, en la colonia San Simón Tolnáhuac, se han descubierto importantes vestigios que arrojan nueva luz sobre el entorno lacustre de la antigua Ciudad de México-Tlatelolco.
La investigación, llevada a cabo por la Dirección de Salvamento Arqueológico del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) desde finales de septiembre de 2023, ha revelado la presencia de redes de canales y un embarcadero que datan de épocas prehispánicas y que posteriormente fueron modificados durante los primeros tiempos novohispanos.
El extenso predio, con una superficie de aproximadamente 11 mil metros cuadrados, permitió a los especialistas reconocer una parte de la frontera norte tlatelolca, coincidiendo con los barrios Iztatlán o Tlaxoxiuhco de la urbe mexica, según fuentes históricas.
El coordinador de las investigaciones, Tulio Cordero Hernández, destacó que la evidencia encontrada respalda las teorías sobre la ubicación del límite septentrional de Tlatelolco, a unos 300 metros más adelante de donde se creía, en la calzada San Simón.
Los hallazgos incluyen restos de ocupaciones anteriores al periodo prehispánico, como la presencia de la fábrica de aceites “La Polar” y el establecimiento de “Leviatán y Flor”, fundada en 1912 por Isaac Leviatán y Jacobo Flor, migrantes europeos dedicados a la producción de levaduras para panaderías.
Entre los elementos más destacados de la investigación se encuentran un posible embarcadero y redes hidráulicas conformadas por canales de diferentes dimensiones, que habrían cumplido diversas funciones como irrigación, drenaje o navegación.
La arqueóloga Xantal Rosales García, responsable de la exploración del embarcadero, detalló que este presenta características de dos etapas de ocupación: una prehispánica, con muros de piedra y una escalinata para descender al agua, y otra de las primeras décadas del virreinato, con muros añadidos para convertirlo en un reservorio de agua.
A diferencia de Tenochtitlan, Tlatelolco mantuvo una ocupación continua por población indígena, como lo demuestra el hallazgo de entierros prehispánicos asociados a estructuras habitacionales posteriores al contacto español.
Sin embargo, eventos como las inundaciones de 1555 y 1607, así como epidemias y otras adversidades, contribuyeron a la disminución gradual de la población nativa, llevando a la despoblación de la periferia de la ciudad en los siglos XVII y XVIII.
En palabras del arqueólogo Tulio Cordero, este descubrimiento nos brinda una visión más completa de la vida en Tlatelolco y de su complejo sistema hidráulico, permitiéndonos imaginar cómo era la vida en esta ciudad mexica.
Director de Salvamento Arqueológico, del INAH, Salvador Pulido Méndez.